(Picus viridis) Orden Piciformes; familia Picidae
El más común y extendido de nuestros pájaros carpinteros, el pito real, es un ave inconfundible de la que, en muchas ocasiones, tendremos referencia por su característico canto: una especie de sonoro relincho que delata su presencia en las arboledas ribereñas, los bosques caducifolios y las áreas ajardinadas donde se instala.
Es un pájaro carpintero grande y robusto, de aspecto inconfundible, en cuyo plumaje dominan claramente los tonos verdosos, más intensos en las regiones dorsales, ligeramente grisáceos en las ventrales y con matices amarillentos en el obispillo. Carece de moteados y listas —salvo, tenuemente, en la región anal—, pero luce un llamativo patrón de coloración en la cabeza, donde el píleo es rojo y los ojos, amarillentos, aparecen enmarcados por un antifaz negro.
Aunque su dieta se compone preferentemente de hormigas y sus larvas también comen los insectos xilófagos (comedores de madera) que encuentran en los árboles de madera blanda o podridos así como sus larvas, además pueden comer moluscos, lombrices, bayas y frutos silvestres.
De todos los pícidos españoles es el más abundante.
Es muy habitual verlos en el suelo, especialmente sobre el césped, cazando hormigas a las que atrapa gracias a su lengua que es muy larga, delgada y viscosa.
Su pico es menos fuerte que el de otros pícidos.
Al igual que los demás pícidos sus patas también poseen zigodactilia, esto es, tienen dos dedos dirigidos hacia delante y dos hacia atrás.
Es característico de estas aves el tamborileo que efectúan en los troncos de los árboles con su pico.
Los insecticidas para hormigas y las alteraciones de sus hábitats inciden negativamente en esta especie.
Es una especie amenazada.
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